COACHING EN SEPARACIONES
Lo que perjudica a los hijos no es la separación de sus padres, sino la mala gestión que éstos hagan de ella.
¿Cómo te gustaría que fuera tu separación?
Separarse es una elección. Y separarse «bien», de manera respetuosa, responsable y consciente, también lo es. Sé que en muchas ocasiones esto tiene su dificultad. Pero también sé por mi experiencia -tanto personal como profesional- que se puede conseguir. Al menos, si recibes el acompañamiento y el apoyo emocional de alguien que pueda comprenderte y que te ayude a tomar distancia, a cambiar la perspectiva y a darte cuenta de todo lo que está pasando y de sus consecuencias.
Lo que suele ocurrir cuando nos separamos es que nos dejamos llevar por las emociones que aparecen y por las historias que nos contamos acerca de lo que pasó y de lo que está pasando. Lo que interpretamos cada uno. Y ahí nos quedamos atascados. Pensamientos y emociones que no sabemos bien cómo manejar. Y según pensamos y nos sentimos, así actuamos.
Nos cuesta pararnos y reflexionar con calma sobre la manera en la que queremos llevar a cabo esa transición hacia un modelo de familia diferente al que estábamos acostumbrados.
No tenemos que convertir la separación, necesariamente, en una batalla campal donde los dos pretendemos llevar nuestra propia razón. Yo «gano» y tú «pierdes». No nos damos cuenta de que ¡en una guerra, todos perdemos! Y los máximos perjudicados van a ser los hijos, lo veamos o no. Nuestros hijos necesitan poder amar en paz y sin verse obligados a elegir. Nos necesitan a los dos «enteros», y a ser posible felices.
Nuestros hijos necesitan saber que sus padres no les vamos a fallar. Que vamos a seguir queriéndoles, cuidándolos y acompañándoles en su crecimiento. Necesitan saber que a pesar de que, a partir de ahora, cada uno sigamos nuestro camino, ambos vamos a seguir formando un equipo como padres. Un equipo donde los dos rememos en la misma dirección para hacer más fácil el mantenimiento de los límites que son tan necesarios en su educación, sobre todo en la adolescencia. Ello les proporcionará la seguridad que necesitan para poder crear su propia identidad.
Una separación, si se lleva a cabo de forma responsable y consciente, puede ser una gran Oportunidad de crecimiento personal; una Oportunidad para conocerte mejor, para entender cómo has llegado hasta ahí, para sacar aprendizajes, y para salir fortalecida, transformada y sabiendo lo que quieres.
Sé cómo te sientes ante la separación...
Yo también soy madre y estoy separada. Y como probablemente te pase a ti, nadie me preparó para hacer frente a una separación. Además, en mi caso, las circunstancias que la rodearon fueron muy complicadas. Así que reconozco que no supe gestionar el conflicto como me hubiera gustado hacerlo. Muchos frentes abiertos, muchas decisiones que tomar, muchos miedos, mucha inseguridad y falta de confianza en mí misma, mucha tristeza, mucho enfado. Cuánto desgaste físico, emocional y mental. ¡Y cuánta energía tantas veces desperdiciada inútilmente! Había demasiado ruido que no me permitía ver lo que realmente era importante.
Vivía un gran revuelo emocional que no supe gestionar bien y que trataba de ocultar. Pretendía aparentar fortaleza delante de mis hijos para que no se derrumbaran. No era consciente de que con mi actitud estaba propiciando que todos nos aisláramos emocionalmente sin poder compartir nuestro dolor. Si hubiera sido capaz de mostrar mi vulnerabilidad, les habría dado permiso para mostrar la suya y así poder acompañarnos mutuamente. ¡Qué bien me habría venido un poco de inteligencia emocional!
Pero lo hice lo mejor que supe y pude con el nivel de conocimiento y consciencia que tenía en ese momento. Ahora, con la distancia, soy capaz de comprender y reinterpretar todo lo que entonces pasamos. Incluso, soy capaz de dar gracias por todo lo vivido porque por ello estoy donde estoy.
Un proceso de coaching puede marcar la diferencia en una separación. En mi caso, el coaching llegó un poco tarde, cuando la guerra ya había estallado y todos estábamos tocando fondo. Aun así, gracias a los cambios que inicié en mí misma, pude reconducir el conflicto familiar y, poco a poco, todos fuimos recolocándonos y encontrando la calma que tanto necesitábamos. Porque cuando en un sistema familiar alguien cambia, ya sea modificando su actitud o sus acciones, los demás también lo hacen como por arte de ¿magia?
A día de hoy, mantengo una muy buena relación con el padre de mis hijos, a pesar de la dura batalla sostenida durante la separación. Y nuestros hijos han ido sanando sus heridas emocionales y encauzando sus vidas.
NADIE NOS PREPARA PARA ENFRENTARNOS A UNA SEPARACIÓN CON HIJOS EN COMÚN.
Por ello, te ofrezco una SESIÓN GRATIS para que puedas parar un momento y reflexionar sobre la manera en que estás gestionando tu separación. O bien, para que valores si, en tu caso, la única vía es la separación. Durante la sesión te proporcionaré algún recurso que te pueda ser de utilidad.
PRUEBA una sesión GRATIS, sin compromiso
Qué puedes conseguir trabajando conmigo
- Aceptar y aprender a gestionar todas las emociones que surgen: tristeza, rabia, miedo, culpa, rencor…
- Recuperar o fortalecer tu autoestima y valorarte.
- Convertirte en un puerto seguro para tu hijo donde pueda expresar todo lo que está sintiendo.
- Detectar, cuestionar y superar tus creencias limitantes acerca de las separaciones.
- Aprender a construir un modelo de relación respetuosa con tu ex pareja que permita que tu hijo mantenga también el respeto por cada uno de sus progenitores.
- Transformar los conflictos que puedan surgir en oportunidades para que crezcas como persona y madre.
- Superar tus miedos para ser capaz de tomar decisiones importantes.
- Aprender a conocerte mejor para entender cómo has llegado hasta aquí.
- Conseguir cerrar bien la etapa que ha finalizado, priorizando el equilibrio y el bienestar de toda la familia.
- Conseguir perdonar al otro y a ti misma, soltando el rencor y la culpa, para poder construir desde lo positivo.
Si TÚ estás bien, TODA la familia se beneficiará.
Las relaciones que no terminan de forma pacífica, en realidad no acaban porque nos dejan enganchadas a ellas, al dolor y a las heridas que quedaron abiertas.Y tu próxima relación de pareja no comenzará al conocer a una nueva persona, sino con el modo en que termines tu actual relación.
RECORDAD QUE JUNTOS DISTEIS VIDA A VUESTROS HIJOS.
Conectad con lo que habéis construido juntos, más que con lo que habéis destruido. Con el amor que os tuvisteis, y no con el desamor que ahora sentís.
El final de una relación de pareja no es el fin del mundo aunque en este momento te lo parezca. Es el comienzo del resto de tu vida.
Y A TI, ¿CÓMO TE GUSTARÍA QUE FUERA EL RESTO DE TU VIDA?